Cuando el terror y el exterminio eran política de Estado genocida, aparecieron los PAÑUELOS BLANCOS. Las Madres se unieron y organizaron para exigir APARICIÓN CON VIDA de sus hijos e hijas: 30.000.

40 años atrás, a esas Madres fundadoras las encontró el genocida Astiz. Les mintió y logró meterse en el grupo de familiares que se reunía en la Iglesia de la Santa Cruz. En diciembre de 1977, el grupo de tareas de la ESMA, integrado entre otros por Astiz, secuestró a esas Madres y los familiares del Grupo de la Santa Cruz y los llevó detenidos-desaparecidos a la ESMA. Luego los asesinó con los vuelos de la muerte. Algunos de los cuerpos volvieron desde el agua: ellas mismas dieron por probados los vuelos de la muerte. Recién el pasado 29 de noviembre, 40 años después, el Poder Judicial de la Argentina dio condenas por esos vuelos.

En tiempos de negacionismo de Estado; en tiempos de retrocesos en políticas de Memoria, Verdad y Justicia; en tiempo de miseria planificada; en tiempos de persecución; reivindicar sus luchas y valentías es nuestra forma de decir: ¡PRESENTES! Por esas Madres, por esos familiares, por los 30.000, seguimos luchando. Para ellos y ellas, nuestro homenaje. Para los genocidas como Astiz, ni olvido ni perdón: cárcel común, perpetua y efectiva.

H.I.J.O.S. Capital