Condenado a 25 años de prisión, Juan Carlos Fotea fue beneficiado con el permiso para salir a visitar a su familia por “buen comportamiento” en la cárcel.

En 2011 y 2017 fue condenado por delitos de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención, tortura y exterminio ESMA. En el segundo y tercer juicio de la Megacausa, Fotea, suboficial retirado de la Policía Federal, fue encontrado culpable de haber participado entre otros crímenes en los que tuvieron como víctimas a las fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo y a Rodolfo Walsh.

Sin embargo, tras una resolución de la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, firmada por Ángela Ledesma, Guillermo Yacobucci y Alejandro Slokar (en disidencia), el Tribunal Oral y Federal N° 5, con las firmas de Daniel Obligado y Adriana Palliotti modificaron su inicial rechazo a lo solicitado por el genocida y habilitaron a Fotea a realizar “dos salidas transitorias de hasta doce horas y una de hasta veinticuatro horas por bimestre, adicionando un tiempo estimado de viaje de cuatro horas en total”.

La garante será su hija Cinthia Vanesa Fotea y el domicilio al que fue autorizado a ir se ubica en Dean Funes 561, localidad de Lavallol, Partido de Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires.

EL ÚNICO LUGAR PARA UN GENOCIDA ES LA CÁRCEL.