Como desde hace 40 años, cuando recuperamos la democracia, en pocos días vamos a votar para decidir quién presidirá el país.

Esta elección se produce en un contexto de discursos y prácticas de odio, negacionismo e incluso apología del terrorismo de Estado.

Con nuestro voto no vamos a definir un nombre: vamos a definir el país que tendremos. Uno que beneficie a los sectores concentrados en perjuicio de las mayorías, o uno con inclusión, derechos y soberanía. Uno que en nombre de la libertad o el cambio destruya el futuro, o uno que con libertad en serio busque el camino de una Patria Grande, justa, solidaria y soberana.

No son solamente boletas las que elegimos. Es la posibilidad de sostener un país sin endeudamiento externo, que siga recordando a los pibes de Malvinas, que responda con trabajo y justicia social, que amplíe derechos.

La proscripción de Cristina Fernández de Kirchner, a través de la persecución política y judicial, es parte del contexto de esta elección, como también lo es que Milagro Sala sigue presa política. Mismo contexto que integra la pobreza de una parte de la población, en un país en el que los grupos económicos y algunas empresas tienen cada vez más riqueza.

Decimos NO a las propuestas de Milei y Bullrich porque niegan derechos, representan modelos de exclusión que sólo cierran con represión y desprecian a la Patria.

. Negar o hacer apología del terrorismo de Estado contradice los consensos democráticos, las políticas de Estado que son producto de luchas sociales y del reconocimiento mundial del proceso de Memoria, Verdad y Justicia de la Argentina. Son 30.000 y fue genocidio.

. Negar los derechos laborales es retroceder y perjudicar a los trabajadores, las trabajadoras y sus familias.

. Negar la existencia de la violencia institucional, cuya erradicación es una de las mayores deudas de la democracia, y fomentar la mano dura, son contradicciones frente a la idea de una seguridad democrática.

. Negar las violencias hacia las mujeres y diversidades constituye un discurso habilitante para la repetición de sus prácticas.

. Negar el cambio climático es un discurso irresponsable que puede producir consecuencias irreversibles. . Negar el acceso público a la educación y a la salud es la privatización de nuestros derechos.

. Fomentar el libre uso de armas o la venta de órganos son respuestas irresponsables y peligrosas para problemas que no se resuelven con menos participación del Estado.

Necesitamos participar en las elecciones para fortalecer y profundizar la democracia. Recordar nuestra historia ante quienes pretenden repetir sus peores momentos. Conocer el daño real que podrían generar gobiernos de quienes en nombre de la libertad o el cambio solamente generarían la pérdida de derechos, a fuerza de represión. Pensar que podemos ir hacia un país que proyecte futuro. Votemos democracia, vayamos con la bandera de la memoria y la celeste y blanca en cada voto.

H.I.J.O.S. Capital

#AhoraMásQueNunca