En estos días escuchamos declaraciones mediáticas de intolerancia sobre el compañero Wado De Pedro. Particularmente, sobre su tartamudez. Con él compartimos asambleas, comisiones, marchas, encuentros. Nunca le impidió hacer política; todo lo contrario.
Repudiamos enérgicamente esas declaraciones discriminatorias, como así también las de violencia y odio que algunos sectores intentan imponer en el debate político en nuestro país.
Llamamos a una reflexión colectiva acerca de los discursos que se emiten desde espacios de alcance masivo, porque requieren responsabilidad y respeto. El “bullying” es una práctica que ocurre dentro de nuestra sociedad y los lugares de construcción de sentido pueden hacer un gran aporte para modificarla.
En el caso de Wado, son sus ideas las que les molestan, su militancia, su compromiso. Ese pibe que militó en H.I.J.O.S. haciendo escraches contra la impunidad para los genocidas y en La Cámpora para defender que la Patria es el otro, que encontró un lugar institucional en el Estado para sostener sus ideas de justicia social, alguien que jamás abandonó sus banderas.
En un país en el que estamos por alcanzar los 40 años de democracia, no podemos olvidar que todavía hay responsables y partícipes de delitos de lesa humanidad que siguen impunes. Wado es hijo de la generación diezmada e integrante de la generación apropiada.
Cómo habla Wado es parte de su historia, esa misma que algunos sectores pretenden negar. En sus tiempos de palabras y silencios está su identidad, la que compartimos y defendemos.
H.I.J.O.S. Capital
Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio