La Sala 2 de la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena a 24 años de prisión, unificados en perpetua con más condenas por otros delitos de lesa humanidad, para el genocida Jorge Eduardo «El Tigre» Acosta por delitos sexuales cometidos a mujeres secuestradas en la ESMA.

Te contamos por qué fue condenado en particular por delitos sexuales.

Los testimonios de sobrevivientes ante un Poder Judicial patriarcal fue un desafío enorme para contar una parte del horror que fueron los delitos sexuales en los centros clandestinos que funcionaron en la Argentina durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983). Y fue contado para terminar con la impunidad para quienes cometieron estos delitos en particular.

¿Qué implica que los delitos sexuales cometidos por genocidas sean considerados con autonomía de otros? Implica que además de ser juzgados por otros delitos como secuestro o torturas, la violencia sexual cometida contra la víctimas tenga un abordaje y una condena en particular.

Jorge Eduardo «El Tigre» Acosta fue condenado por delitos sexuales cometidos en la ESMA a tres mujeres en cautiverio, considerado coautor del delito de violación agravada reiterada en -al menos- diez oportunidades, y del delito de abuso deshonesto, reiterado en dos ocasiones, cometidos a una víctima; coautor de los delitos de privación ilegal de la libertad, imposición de tormentos, violación agravada reiterada en dos oportunidades y abuso deshonesto, reiterado al menos en dos ocasiones, cometidos a una víctima; y como coautor del delito de violación agravada y abuso deshonesto a una víctima.

En tiempos de un gobierno negacionista, que tiene un plan de impunidad para genocidas, que retomó el plan económico del 76, que llega incluso a hacer apología del horror, recordamos cuáles son los delitos por los que los genocidas reciben condena. Con esta gente se reúnen LLA.

El Tribunal Oral Federal Nº 5 (Comodoro Py), que condenó a Acosta en primera instancia, reconoció que “el Ministerio Público Fiscal acreditó en esta causa que numerosas mujeres que eran llevadas a la ESMA, además de sufrir la privación ilegal de la libertad y los tormentos, eran sometidas a violencias sexuales”, y que “son muchos los testimonios que demuestran que los tocamientos y las violaciones eran habituales en el interior de la ESMA, así como también en diversas locaciones fuera de ese predio, pero siempre perpetradas por personal que prestaba servicios en la ESMA».

Y también que los abusos formaban parte, “al igual que las vendas, ataduras, golpes, paso de corriente eléctrica, insultos, vejaciones, prohibición del habla, etc., del conjunto de prácticas criminales que integraron de modo expreso o implícito el dispositivo represivo diseñado”. Con Acosta también fue condenado a 20 años de prisión el ex oficial de la Armada Alberto Eduardo González, alias «Gato», o «González Menotti», quien no recurrió la sentencia.

Cuando defienden el terrorismo de Estado, defienden a quienes cometieron secuestros, torturas, apropiaciones, asesinatos y también delitos sexuales. Ni olvido ni perdón.